martes, 18 de mayo de 2010


Existen muchos tipos de colisiones. Un día dibuje esta. Era una colisión de dos ciudades, que por muchas y pequeñas circunstancias, crecieron y se unieron, irremediablemente. Afortunadamente. Pero hay ciertos barrios, pequeños núcleos de población y fallos del propio terreno que provocan rupturas, grietas y peligros que a veces vuelven a la ciudad final más frágil de lo que debiera ser. No me gustan esas zonas grises. Pero negarlas, obviarlas, es como intentar negar la existencia del agua, y eso no resuelve nada, solo crea un conflicto mayor.

A veces creo, por ego o por error, que yo hago los dibujos y luego, más tarde siempre o nada más acabar descubro que los dibujos se hacen solos.

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