sábado, 24 de julio de 2010





"Estudiaba estoicamente los daños sufridos entre una vez y la siguiente. Pero llegado a cierto momento, tapaba el espejo a fin de no tener que adecuar su mirada a su propia mirada, y entonces continuaba pintando basándose en lo que había quedado olvidado dentro de él. Libre del dilema, le animaba una vaga esperanza, una intuición, de que posteriormente serían otros quienes lo mirarían con una compasión que él no podía permitirse."
John Berguer, Un paño sobre el espejo.

Estudio renovado, aún sin acondicionar del todo, pero listo para empezar a dibujar, a pintar, a fotografiar.

miércoles, 21 de julio de 2010





Hay lugares maravillosos para hacer fotografías. Como si entraras en otro mundo. Y este nuevo mundo está lleno de creadores, de inspiración, de alegría, de cosas y cosas maravillosas. Y hay un respeto por lo que se hace con las propias manos, un respeto por el como se hace y una admiración constante. O eso es lo que sentía yo. Hasta que una señora en un puesto de artesanía me llamo la atención por sacar fotos. Me llamo espía industrial y se quedo chillandome mientras yo me alejaba y por supuesto borraba las fotos que le había sacado a su puesto, mejor dicho las fotos que había sacado al marco de madera del espejo sobre el que exponía sus joyas. Y de golpe y porrazo vi que no todo era tan maravilloso. Y que mi Nikon D80 asustaba a las posibles víctimas de plagio por parte de los supermercados chinos (esto dicho por la artesana que me soltó la más vergonzosa bronca de mi vida). Así que avergonzada y humillada por mi exagerada curiosidad hacia las cosas guarde mi cámara en la mochila y deje de sacar fotos. Y mi característica sensación de culpa impedirá que saque fotos a lo que no es mío durante una larga temporada.

viernes, 16 de julio de 2010



La nueva sección del blog... objetos reinventado o reciclados. Y empezamos por la ropa. Estoy harta de tener cosas y más cosas que no uso porque ya no me gustan o porque nunca me han gustado pero las conservaba por respeto a quien me las había regalado... así que empezamos por este bolso. No soy nada experta en el arte de la costura y se nota. Pero aún así creo que ha quedado perfecto (salvando las distancias con la perfección real) emocionalmente hablando. Desgraciadamente se me ha olvidado hacer fotos del "como era" así que solo se puede ver el resultado final, pero puntualizaré que partía de un bolso verde moco, regalo de unas buenas compañeras de piso :) y por eso era tan difícil deshacerse de él y ahí estaba, en medio de todos los bolsos que sí ponía. Falta el detalle final de la cadenita dorada que llevará para poder colgarlo.

miércoles, 14 de julio de 2010

Se estaba desbarajustando el mundo y parecía que no había solución, ni orden posible. Y entonces una pequeña idea surgió desde alguien y desde un algo del que nunca parecía tener que surgir nada. Empezó desde lo más oscuro. Era una idea tan sencilla que parecía no tener sentido. Que parecía no poder valer para nada. Pero en cuanto apareció la niebla se disolvió. Y todo parecía querer vivir. Seguir adelante. Y todo, por la sencilla idea que únicamente pretendía empezar por el principio. Parar y volver a empezar por el principio. Empezar de nuevo, para poder continuar.

lunes, 5 de julio de 2010


Nun lugar moi afastado de realidades actuais é donde a pequena inicia a súa vida. Apenas mide un metro cincuenta e calza unha trinta e sete. Danlle medo as curvas e por casualidades da vida sempre ten un coche verde. Víu asfaltar o camiño sobre o que descansan os seus zapatos por primeira vez e xa lle parece que é o necesario para pensar que ten unha idade suficiente para dicir aquilo de... " cando eu era pequena" con certa autoridade. Sintese soa cando ve que a xente se alonxa dela, e entristecese ao ver que consideran o enfriamento como algo normal. Pero a pequena vive as súas propias reglas, e non entende o concepto de normalidade. Ainda non sabe que camiño seguir e nota que o tempo a encolle por momentos... imaxínate! se segue a encoller, nuns anos medira menos de un metro, e se continua a encoller menos de medio metro, e un día, como todos, desaparecerá.