lunes, 24 de enero de 2011

Apenas percibo un mínimo chirriar de la cama del piso de arriba,
creo que a mi vecino le cuesta levantarse tanto como a mi,
se acurruca entre las mantas como yo.
Creo que los dos sabemos que hace frío,
que aquí se está mucho mejor...
pero los minutos pasan,
el despertador ha sonado ya dos veces.
Al otro lado de la pared la cosa ya va mucho más avanzada,
es la cocina de otros vecinos,
escucho... las puertas, las tazas, el agua hervir, la leche derramarse.
Creo que ha llegado mi momento,
pongo la radio en la tele porque no tengo radio,
estoy esperando a que me toque en algún paquete de cereales,
quizás aumentasen las posibilidades si empezase a tomar cereales.
Hoy puede ser el día en que todo cambie.

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