viernes, 9 de marzo de 2012


Siempre he dibujado, desde que mi madre me enseño con 3 años, durante toda mi infancia y mi adolescencia, todo dibujo que hacía era motivo de halagos y felicitaciones, y que dibujaba? paisajes, princesas de disney, retratos poco acertados, flores, copiaba infinidad de obras de arte, esculturas de Rodin, cuadros de Van Gogh y muchos otros.
Mis padres siempre apostaron porque estudiásemos aquello que nos daba un cierto grado de felicidad, y no como casi todo el mundo, que se empeñaban en que una carrera con un futuro profesional más sencillo y directo sería la mejor opción.
Así que pase 5 maravillosos años aprendiendo arte, historia del arte, fotografía, gravado, serigrafía, conceptos artísticos, desechando de mi mente muros que la mayoría vamos levantando a consecuencia de nuestra educación escasamente artística, abriendo mi mente a nuevos conceptos, a mirar más allá, a imprimir sentimientos, ideas, conceptos, sensaciones en cada fotografía, dibujo, cuadro o video que hacía. Cinco largos años...
Y después, a enfrentarse al mismo mundo que todos, a seguir aprendiendo, porque en esto nunca dejas de estudiar, todos los días salen herramientas nuevas, tecnología que tienes que saber dominar, programas informáticos, nuevos productos químicos, nuevas técnicas, y el mundo que es tu materia prima, cambia constantemente y constantemente has de adelantarte y caminar contracorriente. Y el mundo es igual de difícil para todos, pero constantemente te dicen que has escogido un camino aún más difícil, porque que eso no tiene salida y que eso no vale para nada, y te lo dicen "amigos" "familiares" "enemigos" y "compañeros", y tú lo ves, lo ves constantemente ahí fuera, como hay gente que vive de esto, como hay gente que hace cosas maravillosas todos los días, esa canción que le da fuerzas a alguien para levantarse, o ese libro con el que alguien puede descansar durante 40 minutos de lectura entretenida de ese dolor que ningún calmante duerme, o de esa persona que durante 93 minutos de película olvida que mañana volverá a una vida mustia que no le gusta... pero el arte no es necesario.
Y yo normalmente no me quejo, hace mucho que dí por perdida a la gente que me dice cosas como "eso también lo hago yo" y paso de ellos y sigo adelante con mis cosas, porque pienso que no tiene ningún interes en enzarzarme en una discusión con alguien que entiende de mecánica cuántica pero no de belleza simbólica o de ruptura de conceptos. Los doy por perdidos cuando lo único que quieren es demostrarme que tonta que soy en mi mundo de pinturitas y que listos son ellos en su mundo de números. Y no se me entienda mal, yo adoro los números, me peleo todos los días con los logaritmos que comprimen la imagen de la cámara digital con la que tengo que trabajar ese día, y que me condiciona a usar la realidad de una manera o otra.
Hubo un tiempo antes de la facultad, antes de saber y comprender y ser como soy ahora, en que estuve a punto de ser así, con los mismos muros que encierran partes del pensamiento, se estaban construyendo en mi cabeza como se construyen en la de los demás... gracias a mis padres y su manera de anteponer mi felicidad a mi capacidad de seguir el rebaño y ocupar mi "sitio" en la sociedad, hoy sé que la mayor parte del tiempo soy más feliz que la mayoría. Y que mis conocimientos artísticos y mi sensibilidad, superan en gran medida los de aquellas personas que me critican, con la excusa de que solo dicen lo que piensan.
Mira lo que hago e intenta comprenderlo porque ahí está lo que pienso yo.

Hoy me han enfadado mucho...

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