jueves, 7 de julio de 2011


La gente huele de una manera muy concreta. Hay personas que huelen a cosas tan específicas como jabón de marsella, o melocotón en almibar, o salitre, o cafe... Siempre me ha gustado como huelen algunas personas, a veces con oler la crema nivea la memoria activa el recuerdo de mi madre cuando tenía 40 años. A veces al cruzarme con gente por la calle veo en el aire el perfume que dejan, las señoras mayores huelen mucho a agua de rosas y maquillaje. Uno de lo motivos por los que me fui de Barcelona, era porque empece a odiar como olía la gente, como olía la calle, como olía el aire... recuerdo que en mi primera semana en Santiago, al volver de Barcelona, paseaba por la zona vieja porque olía a pan recién hecho, a cafe y a algo que no sé describir, supongo que es la piedra y la lluvia.
A veces Luis me deja su pijama enrollado en un bulto, como un cojín, para que me haga compañía y así mientras duermo, casi no lo echo de menos.

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