jueves, 18 de noviembre de 2010


Sono el despertador a las 7 de la mañana, pero no fui capaz, algo invisible me agarraba por los pies, una misteriosa fuerza me envolvía en sábanas de franela. Volvió a sonar a las 9 menos 20 y ya no había posibilidad de seguir negándolo, el día había comenzado, y como siempre, había demasiadas cosas que hacer, y no se iban a hacer solas.
A las 10 menos 10 estaba en un atasco para salir de la A6 en Arteixo, la única autovía de España que no finaliza en una ciudad, sino en el centro neurálgico del imperio de Amancio Ortega. Los camiones lograron marearme hasta tal punto que llegue 20 minutos tarde a mi cita. Odio llegar tarde, es una falta de respeto, y al sol le dan igual las horas, con lo cual si llegas tarde... lorenzo no te espera.
Pero como Esteban también llegó tarde, no me sentí tan culpable como normalmente. Cambie la cámara y el trípode de coche y fuimos a buscar al resto de integrantes de RumOr. Y así empezó la sesión fotográfica, desde un atasco, una rotonda que odio, una bonita casa con piscina, un paseo fluvial, unas playas abiertas al océano, unos chicos encantadores, una chimenea muy muy alta al lado del mar, un puerto exterior al lado de otro y una vuelta a casa para estudiar filosofía.
En breves espero desarrollar el verdadero potencial de esta sesión de fotos.

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